Antes de cumplir once años, parecía que quedaba mucha vida por delante antes de morir.
Es la lluvia sobre el mar.
En la abierta ventana,
contemplándola, descansas
la sien en el cristal. (Jaime Gil de Biedma)
Unos brazos recorren tu piel, y te abrazan.
Pero no te vuelves hacia mí, sonriéndome, como solías hacer.
Es ahora a él a quien se lo haces.
Pienso en como ha pasado el tiempo y te recuerdo así. Desde que me tuve que esconder y aceptar mi etiqueta social de maqui.
He tenido fe en ti y aquí estoy. Sin nada que dar, sin nada que recibir.
Nos prometen cosas que no nos pueden dar y acabamos prometiéndonos esas cosas a nosotros mismos.